Redacción de Párrafos

LOS PÁRRAFOS: ESTRUCTURA Y TIPOS


 Fuente: Víquez, B. (2010). El arte literario y su teoría. Recuperado 7 de mayo de 2018, de http://heredia-costarica.zonalibre.org/archives/redaccion/   


 El diccionario de la Real Academia Española define el vocablo "párrafo" desde el punto de vista formal: es cada una de las divisiones de un escrito, separadas por letra mayúscula al principio del renglón, y punto y aparte al final del trozo de escritura.
En lo interno, el párrafo encierra una unidad de pensamiento. Presenta una idea básica y otras que guardan íntima relación con ella, dado que la explican y complementan.

La idea básica o fundamental se manifiesta a través de la expresión denominada oración tópica. Ésta puede ir al principio, en el medio o al final del párrafo, pero es más frecuente encontrarla al inicio de él.

Ejemplos:


1.      Párrafo con oración tópica al inicio.

"La relación entre lo que sabe una persona y la forma en que actúa no es sencilla. En general, naturalmente, la gente actúa en forma consecuente con lo que sabe. Si una persona percibe cierto peligro, generalmente se vuelve precavida; si sabe que un restaurante es mejor que otro, habrá de comer en el mejor, y así sucesivamente. Con frecuencia, sin embargo, ocurren incongruencias entre la forma  que actúa una persona y lo que sabe."1

2. Párrafo con oración tópica en el centro


"Para comprobar esta hipótesis, es necesario explicitar el método de análisis. La pregunta fundamental es la siguiente: ¿Cómo podemos verificar esta función que ejercen los medios de comunicación? Para ello, es preciso definir los criterios que vamos a usar para realizar esta verificación. Veamos, brevemente, los puntos centrales del método de análisis ideológico que proponemos."2


3. Párrafo con oración tópica al final

"Con el aumento de la población, la comunicación se hace cada vez más masiva, para que sea efectiva. Esta masificación ha sido posible gracias al desarrollo tecnológico. Pero dicho desarrollo depende de la economía. Por ello, la comunicación social es en nuestros días un efecto de la organización económica."3


Las ideas que giran alrededor de las oraciones tópicas, se separan con punto y seguido o con punto y coma. Cuando se redacta solo incluye una idea fundamental en el párrafo. Las otras ideas son secundarias y solo la explican, la amplían o complementan.

Si se desea introducir otra idea fundamental, entonces el escritor debe abrir otro párrafo y así sucesivamente hasta terminar el escrito.

El párrafo sirve como guía a quien escribe o lee. La sucesión de los párrafos permite la comunicación progresiva de un pensamiento, de acuerdo con un orden predeterminado.

La razón principal para la distribución de los párrafos en lograr mayor claridad expositiva. También es válido el criterio que se denomina de visual. Se aconseja que un párrafo tenga unas dimensiones comprendidas entre las cinco y las veintiséis líneas. El párrafo largo indispone la lectura y el breve produce, en general, un mejor efecto.

Los párrafos, al igual que las frases, deben mostrar una secuencia progresiva del pensamiento. Por esto, se debe procurar que entre el final de un párrafo y el principio del siguiente, haya continuidad; esto es, que la primera frase se desprenda de lo escribió en el anterior.

Para ilustrar, obsérvese como en el ejemplo tomado del ensayo "Perseverancia en el estudio", de Santiago Ramón y Cajal, el escritor da continuidad a los distintos párrafos.

PÁRRAFO FRASE INICIAL

1 Ponderan con razón los tratadistas de lógica...
2 Para llevar a feliz término una indagación científica, ...
3 Casi todos los que desconfían de...
4 La comparación precedente no es...
5 La forja de la nueva verdad exige...
6 Cuando se reflexiona sobre la curiosa...
7 Sí, a pesar de todo, la solución no aparece...
8 También los viajes, al traernos nuevas...
9 En los tiempos que corremos, en que la investigación...
10 Inevitables son, por consecuencia, las...
11 En todo caso, si alguien se nos adelanta, haremos mal...
12 En España, donde la pereza es, más que un vicio, una...
13 Si nuestras ocupaciones no nos permiten...
14 Lo malo de ciertas distracciones, demasiado...
15 No pretendemos proscribir en absoluto las...
16 En resumen, toda obra es...
17 Siendo, pues, ...

Apreciemos ahora, la continuidad de los párrafos en el ensayo completo. Lo hacemos porque está muy bien escrito y es un excelente escrito motivador para los que desean triunfar en su profesión.

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ORDEN SINTÁCTICO Y LÓGICO DE LA ORACIÓN


El orden sintáctico, primero el sujeto, luego el verbo y después los complementos solo es importante en caso de dudas, puesto que los autores imponen su propio criterio. Éste se rige más por criterios de estilo e intereses particulares que por una tal estructura gramatical lógica.

En español, el inicio de la oración es muy importante, puesto que allí, es donde se inscribe preferentemente el sujeto, sin ser esto indispensable. Puede ocurrir que no sea así, pues este no interesa a quien escribe, entonces le da énfasis a un complemento u otra frase que cumple funciones diferentes al de sujeto.

En el momento de elegir un determinado orden de los componentes de la oración, deben tomarse en cuenta, tanto el interés psicológico, expresivo, del hablante, sus exigencias y gustos literarios, su estilo,  así como la claridad necesaria en la formulación de su mensaje.

Tomemos una oración y tratemos de observar las variantes abundantes que pueden brindarse, según nuestros intereses.

Ejemplo:

Un fuerte tornado       arrancó      latas de zinc      a las 5 a. m.
        1 = suj.                  2= V            3= CD         4= CC de tiempo

VARIABLES



1-2-3-4
1-3-2-4
1-4-3-2
1-3-4-2
1-2-4-3
1-4-2-3
2-3-1-4
2-3-4-1
2-4-3-1
2-4-1-3
2-1-4-3
2-1-3-4
3-1-2-4
3-1-4-2
3-2-1-4
3-2-4-1
3-4-2-1
3-4-1-2
4-1-2-3
4-1-3-2
4-2-1-3
4-2-3-1
4-2-3-1
4-3-2-1
4-3-1-2





Todas estas posibilidades en el orden de las funciones sintácticas, en definitiva, son asequibles para todas las personas de habla castellana; pero mientras en algunas, la estructura es clara, en otras, se hace necesario una cierta traducción antes de comprenderlas. La forma de la oración se interpone, entre la percepción por parte del oído y la comprensión final. El estilo del escritor es quien decide el orden expresivo.


EJERCICIO No 12


Ordene Lógicamente y con claridad las siguientes oraciones, cuyos elementos sintácticos fundamentales van separados con guiones a fin de facilitar el ejercicio.

1. Tuve- que acabó en pesadilla- una de esas noches- un sueño.


1.      A trabajar- con una energía nueva- empezaron- mis gentes.


2.      Los Nazis- diecisiete días antes- a Polonia -habían invadido.


3.      Muchos- de origen traumático- son- de los conductos gomíferos.


4.      La cadencia de impulsos - rapidísima - era - en que- estribaba- la dificultad.


5.      Es - la disciplina - la semiótica - entre el código  y el mensaje - que estudia las relaciones - y entre el signo y el discurso.

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6.      Es - la sustancia - del contenido - y de lo pensable - todo el universo - de lo decible.

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7.      Parece - me - mal compuesta- la esfera anillar - una máquina.


8.      El niño - con una visible impaciencia - cuenta  - cuenta - hasta el otro día - los minutos.

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Cuando se escribe, conviene dar cierta coherencia a las oraciones que conforman el párrafo. A veces, una persona escribe incorrectamente el sujeto, o los accidentes del verbo. Con ello produce una alteración de la concordancia y afecta la coherencia y la claridad del mensaje.


ALTERACIÓN EN EL SUJETO


Ejemplo:

Si se dice:

El relojero abrió el reloj y, luego, la reparación fue hecha con mucho esmero.
                    V      S. M. Sing           S F:Sing.

Se unen el verbo abrióel reloj  y la reparación. Ello da la sensación de que el sustantivo la reparación  sea otro complemento del verbo abrió; pero sintácticamente el sustantivo femenino singular (SFSing.)  es el sujeto de la segunda oración y, para evitar la incoherencia y falta de claridad, se debe escribir:

El relojero abrió el reloj y, luego lo reparó con mucho esmero.

De esa forma el sujeto relojero está presente en las dos oraciones.

Otro ejemplo:

Alfredo acertó un balazo en la frente a un venado, que se desplomara por una pendiente.
               V                                                                           V orac. Sub. Adj.

En este ejemplo, no hay coherencia entre el tiempo y el modo de los dos verbos, el principal y el de la oración subordinada adjetiva. En la primera oración acertó está en modo indicativo, pretérito indefinido y en la oración subordinada desplomara se encuentra en modo subjuntivo y pretérito imperfecto.

Lo correcto sería escribir la cláusula así:

Alfredo acertó un balazo en la frente a un venado, que se desplomó por una pendiente.


EJERCICIO No. 13



Ofrecemos una serie de oraciones incoherentes. Corríjalas.


1.      Al internarnos en la montaña, llevábamos suficiente comida, porque uno no está seguro de lo que puede suceder en lugares tan remotos.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

2.      El lobo hambriento, capturó al conejo, que no había podido huir por lo rápido de la acción.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

3.      Cuando se ha vivido regaladamente, el hombre no se acostumbra a pasar hambres.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

4.      Sufre y se angustia porque supo que su marido es muy capaz de querer a dos mujeres al mismo tiempo.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

5.      Gaitán se acercó, cerciorándose de que aquél es su amigo.

______________________________________________________________________

6.      Se da cuenta de que se había untado sus propios dedos de sangre.

______________________________________________________________________

7.      Un chuzaso ha levantado al buey caído, y la carreta fue echada a resbalar de nuevo, mordiendo la gravedad.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

8.      El labrador desarraigó el terreno, y se lo regó con su sudor.

9.      Si une procura estudiar todos los días, conseguiremos aprobar todas las asignaturas.

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10.  Pelé deslumbró primero en Brasil, pero, luego, en toda América y Europa lo aclamaron como excelente futbolista.

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11.  Lo más importante de una investigación descriptiva es, de hecho, describir un fenómeno y dictar algunas recomendaciones que se fundamenten, en este caso, en las posibilidad perenne de bajar en alguna medida los niveles de deserción global que por su naturaleza somete a las instancias universitarias correspondientes a cuestionarse y entregarse a la búsqueda de soluciones.

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12.  Los resultados del presente estudio servirán como base para diseñar, modificar, o mejorar, de ser posible políticas institucionales o por lo menos estará disponible como antecedente de una parte del fenómeno de la deserción en la Universidad Nacional.

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Redacción de párrafos: El predicado

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EL PREDICADO





El predicado es lo que se afirma del sujeto. Siempre tiene como núcleo el verbo conjugado. Es el segundo elemento fundamental de la oración lógica que consta de un sujeto y un predicado.


Si nos atenemos al predicado las oraciones pueden dividirse de la siguiente manera:

1.      Oraciones predicativas.

En ellas el núcleo del predicado es el verbo conjugado. 
Ejemplo


Ese joven, lleno de vigor, pintó su casa.
                                         Predic. Verbal

En este caso el núcleo del predicado es la forma verbal conjugada pintó.


ORACIONES ATRIBUTIVAS


La estructura menor de estas oraciones atributivas está representada por un verbo copulativo o atributivo más un predicado nominal o atributo.

Ejemplo

Los niños, por naturaleza, son buenos.
                 Suj.                     V. C.           Pred. N.

Donde suj, es igual a sujeto, V.C. es igual a verbo copulativo o atributivo y Pred. N. Es igual al predicado nominal o atributo.

Estructura de las oraciones atributivas o copulativas.

1.      Un verbo conjugado en función  copulativa (VC) + Predicado Nominal (PN).


Ejemplo:

Es amable.
VC   PN

Existe una variante de esta estructura:

Suj. +VC+PN

Ejemplo:

María    es     amable.
  Suj.      VC     PN

2.      La estructura se amplía con un complemento indirecto (CI).



    Ejemplo:

      María   es    amable    para todos
        Suj.     VC    PN             CI

3.      La oración se modifica con un complemento circunstancial (CC). Puede o no conservar el complemento indirecto. Esta es una estructura variante de la anterior. Tanto el sujeto, el mismo verbo, así como los complementos no tienen una posición fija en la oración. Depende del estilo y decisión del autor.

Suj.+ VC + PN +CI +CC

Ejemplo:

María   es     amable   para todos   en la escuela,   cuando se lo propone.
  Suj.     VC    PN           CI             CC de lugar      CC de tiempo


LA ORACIÓN PREDICATIVA


Estas oraciones exigen como mínimo un verbo conjugado que no sea copulativo y que ofrezca sentido completo.


1.      V.

Ejemplo:

Llueve.
    V

Pero es más frecuente que la forma verbal, a través de su desinencia señale el sujeto o que éste se represente por cualquiera de los tipos de sujeto antes expuestos.

2.      Suj.   +V

Ejemplo:

Carlos     baila.
         Suj.         V

3.      Suj  + V  +  CD

Ejemplo:

Carlos    baila     una vieja romanza.
   Suj.        V                  CD

Donde CD es el complemento directo del verbo bailar.

4.      Suj  + V  +CD  +CI

Ejemplo:

Carlos     baila     una vieja romanza     para divertirse.
    Suj.        V                  CD                           CI

5.      Suj.  + V  +  CD +  CI  + CC

Ejemplo:

Carlos     baila    una vieja romanza     para    divertirse,     cuando sale del colegio.
   Suj.         V                 CD                            CI                            CC de tiempo


El lector debe observar que a pesar de que el complemento circunstancial de tiempo, expresado por la oración subordinada adverbial, cuando sale del colegio, está un tanto lejos del verbo principal baila  es a él a quien modifica o complementa.

Los complementos circunstanciales pueden ser uno o más, todo depende del estilo y necesidad del escritor.


EJERCICIO No. 9


Subraye y clasifique las diferentes funciones en las siguientes oraciones, tal y como hemos venido haciéndolos nosotros.

1.      Esta lógica parecía de hierro y lo tranquilizó para que escapara con serenidad en el café.

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2.      Vi que otra persona salía conmigo y esto complicaba la situación en aquel momento.
     
                  __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3.      Una misma noche lo dije por teléfono. Me atendió una mujer y me dijo que María no estaba.

        ____________________________________________________________________
        __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

4.      Cuando cierro la puerta, saben que no deben molestar.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________

5.      Sentí una interminable felicidad que comenzaba con aquellas dos palabras.

      ___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

6.      La letra de su carta era nerviosa. Esa nerviosidad encantadora me daba una vaga idea de nostalgia y confirmaba las sospechas del día anterior.


7.      En Galicia, un día, yo escuché una vieja historia en un café. Era de una niña que del pueblo escapó.


8.      En un rincón, una familia atendía al padre moribundo. En aquel sitio de algodones y olores de medicina, Rebeca practicaba toda la teoría que sus maestros le habían dado.


9.      Talamanca es una región poblada de indios. Viven en rancheríos cercanos a los ríos y para subsistir organizan diversas actividades.

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10.  Me despertó el estridente pitar del tractor que anunciaba la salida.

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11.  Desperté a las cinco de la mañana y los negritos me informaron que el resto de la gente había partido.

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12.  Cuando llegué a Chasse salía el sol y con la brisa fresca llegaba el rumor de las cercanas aguas del Sixaola.

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13.  De entre las piedras seculares, tumba de remembranzas del ayer glorioso, recogió mi espíritu fe, paz y fuerza.

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14.  La lejanía es limón y violeta.


15.  Los huertos de naranjos extendían sus rectas filas de copas verdes.


16.  Brillaba el sol deslumbrantemente en las carnizadas hojas.


17.  Sonaban como zumbidos de lejanos insectos los engranajes de las máquinas de hierro.

























1.      Sintaxis y expresión.
2.      La oración y sus elementos.
3.      Orden sintáctico y lógico de la oración.
4.      Clases de párrafos y su estructura.
a.       Descriptivos
b.      Narrativos
c.       Expositivos
d.      Expresivos



OBJETIVOS


Pretendemos que al finalizar esta sección la persona interesada sea capaz de:

1.      Identificar los elementos morfológicos y sintácticos de la oración gramatical.
2.      Apreciar la importancia del orden sintáctico y lógico de la oración.
3.      Distinguir los párrafos descriptivos, los expresivos, los narrativos y los expositivos.
4.      Escribir con soltura y corrección los diferentes tipos de párrafos.

SINTAXIS Y EXPRESIÓN
                          

Redactar no es lo mismo que hablar. Bien o mal, las personas se las ingenian para comunicarse entre sí. La mímica, el humo, los sonidos, los colores, en un semáforo, son formas de comunicar y suelen ser circunstancias que suplen las deficiencias del lenguaje, pues no siempre tenemos a la par un receptor. La redacción es más compleja y difícil; en ella solo contamos con instrumentos lingüísticos para que nos comprendan y eso nos obliga a utilizar un gran caudal de conocimientos del idioma con el fin de que nuestro mensaje sea percibido por el lector, tal y cual lo deseamos.

Pero ¿qué es la redacción? Significa expresar por escrito los pensamientos, previamente ordenados. No se busca hacer escritores, sino lograr, mediante la práctica, que la persona exprese con claridad y orden las ideas. Además, todo escrito debe tener dos cualidades fundamentales: propiedad y corrección.

Ahora, ¿se puede aprender a escribir? Si hacerlo correctamente es el producto de pensar bien, no existen fórmulas mágicas para ello. En todo texto se refleja la cultura y la capacidad mental del autor. Aprendemos a escribir conforme la mente se enriquece con el estudio, la observación, la reflexión, la lectura,  y la práctica. Una mente atrofiada por falta de estímulos, no podrá producir textos aceptables.

Además, el hombre, puede aprender el uso correcto del código lingüístico; igualmente,  aprender a "inventar", hacer que afloren ideas a su raciocinio; también aprendemos cómo disponer las partes de un texto. Adquirir el mayor dominio posible de la lengua materna en forma escrita, es lograr el mínimo de corrección, pero esto requiere constancia y voluntad en el esfuerzo, seguimiento en el trabajo, y una acción natural del tiempo.

Los seres humanos para comunicarse entre sí, utilizan códigos. El lenguaje escrito es uno de ellos; posee elementos que se organizan en ciertas formas para expresar las ideas.
En nuestra lengua, las palabras desempeñan diversas funciones, ya sea como sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, pronombres, artículos, preposiciones, conjunciones e interjecciones. Estas palabras se organizan en las frases o  las oraciones para transmitir un mensaje.

Desde luego, las palabras no se disponen de cualquier manera. Hay un orden que fija la lengua, acordado según características que son propias de ella. Descuidar esta regularidad significa caer en la expresión confusa y no ser entendido. Salvo en casos especiales de creatividad literaria o formas coloquiales.

Algunas personas evaden las normas gramaticales establecidas. La sintaxis, las relaciones de las palabras entre sí, deben ser estudiadas con el cuidado que requiere su importancia y resulta decisiva para la correcta redacción.

De todas maneras el lenguaje es una programación social permanente y como tal sufre cambios pero estos son más accidentales que esenciales. Si fueran esenciales estaríamos ante el nacimiento de nuevas lenguas.

Por las razones antes expuestas, se hará una sinopsis de los aspectos sintácticos más relevantes, que aportan información valiosa para aprender a redactar. No se brinda un análisis minucioso, por carecer de importancia a estos propósitos.



LA ORACIÓN Y SUS ELEMENTOS



Existen Tres puntos de vista diferentes para definir la oración:

Lógico, psicológico y gramatical.

El primero la define como la expresión verbal de un juicio. Alguien dice algo a otro. Es una relación entre dos ideas: lo definido y el definidor.

El criterio psicológico la define como la menor unidad del habla con sentido completo en sí misma.

Por último, el criterio gramatical la conceptualiza como toda expresión que posea un verbo conjugado.

Según estos criterios, las oraciones se clasifican de diferentes maneras.

Únicamente nos detendremos a estudiar la oración desde la perspectiva lógica.

Toda oración lógica establece una relación entre dos ideas.

a.       SUJETO: lo definido. Es a él, a quien se le atribuye algo,
b.      EL PREDICADO: el definidor. Es lo atribuido.

El sujeto debe poseer el mismo número que la persona del verbo. Así: El hombresalió del    cine y los hombres salieron del cine.                                                               SUJ
                Suj                V

También algunos definen al sujeto como la persona o cosa de quien se afirma, o niega algo y a ese algo que se afirma o niega, se lo llama predicado.

 TIPOS DE SUJETO

1.      Sujeto flexional o desinencial

Esta función está determinada por la flexión o desinencia del verbo conjugado.

Así en las oraciones, tales como:

                   La niña juega en la playa; canta en la casa y parlotea en las calles.

La niña es el sujeto de la primera oración. En la segunda y tercera es el pronombre personal de tercera persona singular ella que por supuesto sustituye a la niña y se expresa por las desinencias o flexiones de los verbos canta y parlotea.

2.      Sujeto escueto.

Está constituido por una palabra. Ésta puede ser un pronombre o un sustantivo. No lleva ningún modificador.

Ejemplos:

1.      Poesía es el arte de la palabra.
Poesía es el Suj.
     
2.      Yo soy aquél que ayer no más decía.
Suj.
     
3.      Platero es pequeño, peludo.
  Suj.

En todos los casos el sujeto es una sola palabra.

3.      Sujeto de grupo nominal.

El sujeto posee un sustantivo como núcleo o un sustituto de él y además uno o varios modificadores.

Ejemplos:

1.      Un fresco abrazo de agua la nombra para siempre.
                Suj.

Aquí la palabra abrazo es el sustantivo núcleo del sujeto.

2.      Los dos centinelas que oyes velar son desdicha y desamor.
                             Suj.
El núcleo de este sujeto es el sustantivo centinelas.

4.      De frase sustantiva.

En este caso el sujeto no posee núcleo. Consiste en una frase sustantivada a través del artículo definido.



Ejemplos:

1.      La del alba sería.
     Suj.

Puede observarse que no existe una palabra núcleo, sino una frase sustantivada. Se podría pensar que existe en forma elíptica y que fuera la palabra la hora pero no aparece formalmente. Por ello el núcleo es elíptico.

     2. El de la triste figura salió a recibirlos.
                 Suj.

Esta frase sustantiva sustituye a Don Quijote de la Mancha. Es el núcleo elíptico.

5.      Sujeto fraccionado.

Este sujeto está compuesto por un grupo nominal, interrumpido por una o varias palabras que no modifican el núcleo del sujeto si no a otras partes de la oración.

Ejemplo

La alta virtud resucita que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.
   
                                        Suj. Fraccionado (la parte subrayada)

     6. Sujeto oracional

El sujeto está representado por una oración subordinada que mediante el modificador definido (el, lo, la, etc.) se sustantiva. Suelen llevar una forma verbal conjugada.

Ejemplo

No prueba nada contra el amor que la amada no haya existido.
                                                            Sujeto oracional

En este caso se prescinde, por innecesario del artículo modificador "el".

El que siembra vientos recoge tempestades.
           Suj. Oracional.

En este caso si se hace uso del modificador.


EJERCICIO No. 8


Subraye y especifique el tipo de sujeto que se manifiesta en cada una de las oraciones.



1.      Aquella tarde espoléabalo el deseo de ver a Marianela.

2.      Ritmo es la aparición periódica de un elemento.

3.      De repente, la máquina silbó.

4.      Libertad es un derecho del hombre. Es un deber del Estado.

5.      No prueba nada contra el amor que la amada ideal no haya existido jamás.

6.      Soy las lágrimas que debiste llorar y que nunca asomaron a tus ojos.

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C. PRECISIÓN



Ésta consiste en la exactitud rigurosa cuando nos expresamos. Por lo general se acompaña de la concisión y la brevedad.

Se debe buscar la precisión en la palabra y la concisión en la oración. Se es conciso cuando no se puede eliminar una palabra sin afetar el sentido de la oración.

Para lograr precisión, recomendamos:

1. Evitar términos vagos, tales como, una serie, algunos, muchos, diversos, ciertos, varios. Estas palabras indefinidas suelen usarse si el emisor lo desea de esa manera expresa.

2. Usar términos concretos y evitar los abstractos, siempre que la intención sea objetivar.

3. Si el texto es científico o  discursivo, evitar el lenguaje figurativo, en lo posible.

4. Procurar un lenguaje unívoco y no plurisémico.


D. CORRECCIÓN



Se debe utilizar la corrección en la presentación formal de un escrito. Es necesario aplicar el uso correcto de las normas gramaticales y ortográficas del lenguaje.

Algunas preguntas nos ayudarán a verificar si nuestros escritos tienen una corrección aceptable.

1. ¿Se ajusta la ortografía de las palabras usadas a los principios y normas establecidos por la Real Academia?

2. ¿Hay repeticiones involucradas de partículas, tales como, "para", "que", o de terminaciones  como, "-ar,"  "-er", "-ir". "ido", "-ado", "-ando", "-iendo", "-ción"? Esto es lo que se llama cacofonía.

4. ¿Es correcto el tiempo utilizado en los verbos con respecto al sujeto? En otras palabras revisar detenidamente la concordancia, no solo en los verbos sino en los sustantivos, adjetivos y artículos.

5. ¿Ha incurrido en el error de "solecismo" (altera el uso correcto de la sintaxis del lenguaje) en el uso de los gerundios, pronombres, artículos, preposiciones, adverbios, etc.,?

6. ¿Utilizó muchas frases frases hechas, gastadas por el uso constante? Es lo que llamamos lugares comunes, frases trilladas.

7. ¿Empleó el vocablo apropiado en cada caso, o por el contrario usó una serie de palabras comodines, tales como, "cosa", "esto", "hacer". Y lo que es peor, muletillas o frases como "o sea", "en otro orden de cosas", etc.

8. ¿Hay concordancia  (plural o singular) entre el sujeto y la forma verbal?

9. ¿Hay repeticiones innecesarias de un mismo sujeto?

10. ¿ Acepta la Real Academia los términos o giros empleados?

11. ¿Utilizó correctamente los signos de puntuación?


E. ORIGINALIDAD



En la redacción no se debe recurrir a palabras o estructuras muy comunes. El mensaje debe expresar su natural originalidad, ser expontáneo y propio. Hoy es difícil obtener este requisito pues todo parece estar enlatado y existen fórmulas hechas hasta para expresar hasta un dolor.

F. UNIDAD



El mensaje trasmitido debe ser completo e incluir todas las ideas exigidas por el tema tratado.

Se reconoce falta de originalidad en un escrito si:

1. El título no representa la idea central del tema tratado.

2. Las oraciones de un párrafo no se relacionan entre sí.

Se exagera la presentación de detalles, accidentes lo que impide la interpretación correcta de la idea fundamental.


G. COHERENCIA



La coherencia exige un enlace lógico entre las ideas que se expresan en un escrito. Un texto es coherente si entre los títulos, subtítulos, cuadros estadísticos, gráficos, frases de transición, citas, deducciones, inducciones, generalizaciones, conclusiones, etc., existe coherencia.

En un párrafo ordenado, el lector sufre pocos tropiezos al leer y no padece trastornos en su pensamiento, ni saltos abruptos, ni dudas. En cambio, en un escrito incoherente, el lector siente que lee un mosaico de "ideas" sin sentido.


                                         EJERCICIO No 3.

Las siguientes frases contienen palabras supérfluas. Elimínelas y redáctelas nuevamente.

1. Cumplo con la obligación de comunicarles que en un futuro muy cercano me iré para siempre de esta isla.
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2. En el caso de que la avería no se reparase, el barco naufragaría.




3. En vista del hecho de que usted desea adquirir la nacionalidad costarricense, se le ruega envíe lo antes posible los documentos impresicibles para iniciar la gestión.



4. Le suplico me haga el favor de darme cuenta si en esa zona ha llovido día y noche durante la última semana
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5. El próximo domingo se llevará a cabo la final del campeonato juvenil; con posterioridad le comunicaré el resultado.

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6. En el presente momento todos se encuentran en el velatorio, con excepción de Luisa.


7. Redacte la carta en forma similar a la que tenía a la que tenía originalmente.


8. Debido a la prohibición de importar vehículos de lujo; se recomienda a los automovilistas mejorar el mantenimiento de sus carros.

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9. Permítame informarle que hoy sé que no eres tú quien yo creía.


10. Hay que tener en acuenta el hecho de que el ángel que sabía el secreto no volvió nunca más.




EJERCICIO No. 4



Redacte los siguientes textos nuevamente y elimine lo innecesario.


1. "Bajo impresión tan profundamente nacionalista de los mexicanos, en su más justo sentido de autonomía; ha crecido el amor a Hispanoamérica en estas alturas de la Gran Tenochtitlaan, que así celebra sus principales gestas patrióticas, pienso con unción en el visionario sacerdote de los ojos verdes, que el 16 de septiembre de 1810 puso en movimiento el ideal de independencia de la Nueva España. Pero pienso también en Guatemala, pienso en Centroamérica, conturbado el ánimo, al advertir que allí tienen más fuerza los bananos que los próceres."


TEXTO CORREGIDO



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2. "El poder pasó de unas manos blancas a otras manos blancas, mestizas o mulatas, pero el terrateniente siguió como dueño absoluto del latifundio. Y siguió como siervo del amo criollo o de los nuevos ricos, y como esclavo de la tierra y como esclavo de la misma, sin esperanzas de mejorar su suerte en este mundo sino en la gloria eterna, sin noción de patria ni noción de autonomía, el enorme conglomerado de los trabajadores indígenas, vencidos y expropiados primero por el conquistador y después, por la casta dominante, aristocratizada o semibárbara, con el poderoso auxilio espiritual del clero."


TEXTO CORREGIDO


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VIENE DE JERARQUIZACIÓN Y ORDENACIÓN DE LOS PÁRRAFOS.

PERSEVERANCIA EN EL ESTUDIO
Santiago Ramón y Cajal
(1852-1934)
           

Ponderan con razón los tratadistas de lógica la virtud creadora de la atención; pero insisten poco en una variedad del atender que cabría llamar "polarización cerebral" o "atención crónica", esto es, la orientación permanente, durante meses y aun años, de todas nuestras facultades hacia un objeto de estudio. Infinitos son los ingenios brillantes que, por carecer de este atributo, que los franceses designan espíritu de suite, se esterilizan en sus meditaciones. A docenas podría yo citar españoles, poseyendo y un intelecto admirablemente adecuado para la investigación científica, retíranse desanimados de una cuestión sin haber medido seriamente sus fuerzas, y acaso en el momento mismo en que la naturaleza iba a premiar sus afanes con la revelación ansiosamente esperada. Nuestras aulas y laboratorios abundan en estas naturalezas tornadizas e inquietas, que aman la investigación y se pasan los días de turbio en turbio ante la retorta o el microscopio; su febril actividad revélase en el alud de conferencias, folletos y libros, en que prodigan la turba gárrula de los traductores y teorizantes, proclamando la necesidad inexcusable de la observación y estudio de la Naturaleza en la naturaleza misma; y cuado tras largos años de propaganda y de labor experimental se pregunta a los íntimos de tales hombres, a los asiduos del misterioso cenáculo donde aquellos ofician de pontificial, confiesan ruborosos que la misma fuerza del talento, la casi imposibilidad de ver en pequeño la extraordinaria amplitud y alcance de la obra emprendida, han imposibilitado llevar a cabo ningún proceso parcial y positivo. He aquí el fruto obligado de la flojedad o de la dispersión excesiva de la atención, así como el pueril alarde de enciclopedista, inconcebible hoy en que hasta los sabios más insignes se especializan y concentran para producir.

Para llevar a feliz término una indagación científica, una vez conocidos los métodos conducentes al fin, debemos fijar fuertemente en nuestro espíritu los términos del problema, a fin de provocar enérgicas corrientes de pensamiento, es decir, asociaciones cada vez más complejas y precisas que dormitan en nuestro consciente; ideas que solo una concentración vigorosa de nuestras energías mentales podrá llevar al campo de la conciencia. No basta la atención expectante, ahincada; es preciso llegar a la preocupación. Importa aprovechar par a la obra todos los momentos lúcidos de nuestro espíritu; ya la meditación que sigue al descanso prolongado, ya el trabajo mental supraintensivo que solo da la célula nerviosa caldeaba por la congestión, ora, en fin, la inesperada intuición que brota a menudo, como la chispa del eslabón, del choque de la discusión científica.

Casi todos los que desconfían de sus propias fuerzas ignoran el maravilloso poder de la atención prolongada. Esta especie de polarización cerebral con relación a un cierto orden de percepciones afina el juicio, enriquece nuestra sensibilidad analítica, espolea la imaginación constructiva y, en fin, condensando toda la luz de la razón en las negruras del problema, permite descubrir en éste inesperadas y sutiles relaciones. A fuerza de horas de exposición, una placa fotográfica situada en el foco de un anteojo dirigido al firmamento llega a revelar astros tan lejanos, que el telescopio más potente es incapaz de mostrarlos; a fuerza de tiempo y de atención, el intelecto llega a percibir un rayo de luz en las tinieblas del más abstruso problema.

La comparación precedente no es del todo exacta. La fotografía astronómica limítase a registrar actos preexistentes de tenue fulgor; mas en la labor cerebral se da un acto de creación. Parece como si la representación  mental obstinadamente contemplada, emitiera, al modo de un amibo, apéndices invasores que, después de crecer en todos sentidos y de sufrir extravíos y detenciones, acabaran por vincularse estrechamente con las ideas afines.

La forja de la nueva verdad exige casi siempre severas abstenciones y renuncias. Convendrá durante la susodicha incubación intelectual que el investigador, al modo del sonámbulo, atento solo a la voz del hipnotizador, no vea ni considere otra  cosa que lo relacionado con el objeto de estudio: en la cátedra, en el paseo, en el teatro, en la conversación, hasta en la lectura meramente artística, buscará ocasión de intuiciones, de comparaciones y de hipótesis, que le permitan llevar alguna claridad a la cuestión que le obsesiona. En este proceso adaptativo nada es inútil: los primeros groseros errores, así como olas falsas rutas por donde la imaginación se aventura, son necesarios, pues acaban por conducirnos al verdadero camino, y entran, por tanto, en el éxito final, como entran en el acabado cuadro del artista los primeros informes bocetos.


Cuando se reflexiona sobre la curiosa propiedad que el hombre posee de cambiar y perfeccionar su actividad mental con relación a un objeto o problema profundamente meditado, no puede menos de sospecharse que el cerebro, merced a su plasticidad, evoluciona anatómica y dinámicamente, adaptándose progresivamente al tema. Esta adecuada y específica organización adquirida por las células nerviosas produce a la larga lo que yo llamaría "talento profesional o de adaptación" y tiene por motor la propia voluntad, es decir, la resolución energética de adecuar nuestro entendimiento a la naturaleza del asunto. En cierto sentido no sería paradójico afirmar que el hombre que plantea un problema no es enteramente el mismo que lo resuelve; por donde tienen fácil y llana explicación esas exclamaciones de asombro en que prorrumpe todo investigador al considerar lo fácil de la solución tan laboriosamente buscada. ¡Cómo no se me ocurrió esto desde el principio! -exclamamos-. ¡Qué obcecación la mía al obstinarme en marchar por caminos que no conducen a parte alguna!

Si, a pesar de todo, la resolución no aparece y presentimos, no obstante, que el asunto se acerca a su madurez, procurémonos algún tiempo de reposo. Algunas semanas de solaz y de silencio en el campo traerán la calma y la  lucidez a nuestro espíritu. Esta frescura del intelecto, como la escarcha matinal, marchitará la vegetación parásita y viciosa que ahogaba la buena semilla. Y al final surgirá la flor de la verdad que, por lo común, abrirá su cáliz, al rayar el alba, tras largo y profundo sueño, durante esas horas plácidas de la mañana que Goethe y tantos otros consideraron propicias a la invención.

También los viajes, al traernos nuevas imágenes del mundo y remover nuestro fondo ideal, poseen la preciosa virtud de renovar el pensamiento y de disipar enervadoras preocupaciones. ¡Cuántas veces el rudo trepidar de la locomotora y el recogimiento y soledad espiritual reinante en el vagón (el "desierto del hombre", que diría Descartes) nos ha sugerido ideas que justificó ulteriormente el laboratorio!

En los tiempos que corremos, en que la investigación científica se ha convertido en una profesión regular que cobra nómina del Estado, no le vasta al observador concentrarse largo tiempo en un tema: necesita además imprimir una gran actividad a sus trabajos. Pasaron  aquellos hermosos tiempos de antaño en que el curioso de la Naturaleza, recogido en el silencio de su gabinete, podría estar seguro de que ningún émulo vendría a turbar sus tranquilas meditaciones. Hogaño, la investigación es fiebre; apenas un nuevo método se esboza, numerosos sabios se aprovechan de él, aplicándolo casi simultáneamente a los mismos temas y mermando la gloria del iniciador, que carece de la holgura y tiempo necesarios para recoger todo el fruto de la laboriosidad y buena estrella.

Inevitablemente son, por consecuencia, las coincidencias y las contiendas de prioridad. Y es que, lanzada al público una idea, entra a formar parte de ese ambiente intelectual donde todos nutrimos nuestro espíritu y en virtud del isocronismo funcional reinante en las cabezas preparadas y polarizadas para su trabajo dado, la idea nueva es simultáneamente asimilada en París y en Berlín, en Londres y en Viena, casi de idéntico modo, y con similares desarrollos y aplicaciones. La invención crece y se desarrolla, al modo de un organismo, espontánea y automáticamente, como si los sabios quedasen reducidos a meros cultivadores de la semilla sembrada por un genio. Todos entrevén la espléndida cosecha. Esto explica la impaciencia por publicar, así como lo imperfecto y fragmentario de muchos trabajos de laboratorio. El afán de llegar antes nos lleva a veces a incurrir en ligerezas; pero ocurre también que él ansia febril de tocara la meta los primeros nos granjea el mérito de la prioridad.

En todo caso, si alguien se nos adelanta, haremos mal en desalentarnos. Continuemos impertérritos la labor, que al fin llegará nuestro turno. Ejemplo elocuente de incansable perseverancia nos dio una mujer gloriosa: Madame Curie, cuando, habiendo descubierto la radiactividad del "torio", sufrió la desagradable sorpresa de saber que poco antes el mismo hecho había sido anunciado por Schmidt en los Wiedermann Annale, lejos de desanimarle la noticia, prosiguió sin tregua sus pesquisas; ensayó al electroscopio nuevas sustancias, entre ellas cierto óxido de uranio (la "pechblende" de la mina de Johanngeorgenstadt), cuyo poder radioactivo sobrepuja en cuatro veces al del uranio. Y sospechando que aquella materia tan activa encerraba un cuerpo nuevo, emprendió, con el concurso de M. Curie, una serie de ingeniosos, pacientes y heroicos trabajos, cuyo galardón fue el hallazgo de un nuevo cuerpo, el estupendo "radio", cuyas maravillosas propiedades, provocando numerosas investigaciones, han renovado la química y la física.

En España, donde la pereza es, más que un vicio, una religión, se comprende difícilmente  esas monumentales obras de los químicos, naturalistas y médicos alemanes en los cuales solo el tiempo necesario para la ejecución de los dibujos y la consulta bibliográfica parecen deber contarse por lustros. Y, sin embargo, estos libros se han redactado en uno o dos años, pacíficamente, sin febriles apresuramientos. El secreto está en el método de trabajo; en aprovechar para la labor todo el tiempo hábil; en no entregarse al diario descanso sin haber consagrado dos o tres horas por lo menos a la tarea; en poner dique prudente a esa dispersión intelectual  y a ese derroche de tiempo exigido por el trato social; en restañar, en fin, en lo posible, la cháchara ingeniosa del café o de la tertulia, despilfarradora de fuerzas nerviosas (cuando no causa disgusto), y que nos aleja, con pueriles vanidades y fútiles preocupaciones, de la tarea principal.

Si nuestras ocupaciones no nos permiten consagrar al tema más que dos horas, no abandonemos el trabajo con el pretexto de que necesitaríamos cuatro o seis. Como dice juiciosamente Payot, "poco basta cada día si lograremos ese poco".

Lo malo de ciertas distracciones, demasiado dominantes, no consiste tanto en el tiempo que nos roba, cuanto en la flojera de la tensión creadora del espíritu y en la pérdida de esa especie de tonalidad que nuestras células nerviosas adquieren cuando las hemos adaptado a determinado asunto.

No pretendemos proscribir en absoluto las distracciones; pero las del investigador serán siempre ligeras y tales que no estorben en nada las nuevas asociaciones ideales. El paseo al aire libre, la contemplación de las obras artísticas o de las fotografías de escenas, de países y de monumentos, el encanto de la música y sobre todo la compañía de una persona que, penetrada de nuestra situación, evite cuidadosamente toda conversación grave y reflexiva, constituyen los mejores esparcimientos del hombre de laboratorio. Bajo este aspecto será bueno también seguir la regla del Bufón, cuyo abandono en la conversación (que chocaba a muchos admiradores de la nobleza y elevación de su estilo como escritor) lo justificaba diciendo: "Estos son mis momentos de descanso".

En resumen, toda obra grande es el fruto de la paciencia y de la perseverancia, combinadas con una atención orientada tenazmente durante meses y aún años hacia un objeto particular. Así lo han confesado sabios ilustres al ser interrogados tocante al secreto de sus creaciones. Newton declaraba que solo pensando siempre en la misma cosa había llegado a la soberana ley de la atracción universal; de Darwin refiere uno de sus hijos que llegó a tal concentración en el estudio de los hechos biológicos relacionados con el gran principio de la evolución, que se privó durante muchos años y de modo sistemático de toda lectura y meditación extraña al blanco de sus pensamientos, en fin, Bufflon no vacilaba en decir que "el genio no es sino la paciencia extremada". Suya es también esta respuesta a los que le preguntaban cómo había conquistado la gloria: "Pasando cuarenta años de mi vida inclinado sobre mi escritorio". En fin, nadie ignora que Mayer, el genial descubridor del principio de la conservación y transformación de la  energía, consagró a esta concepción toda su vida.


Siendo, pues, cierto de toda certidumbre que las empresas científicas exigen, más que vigor intelectual, disciplina severa de la voluntad y perenne subordinación de todas las fuerzas mentales a un objeto de estudio, ¡cuán grande es el daño causado inconscientemente por los biógrafos de sabios ilustres al achacar las grandes conquistas científicas al genio antes que al trabajo y la paciencia! ¡Qué más desea la flaca voluntad del estudioso o el profesor que poder cohonestar su pereza con la modesta cuanto desconsoladora confesión de mediocridad intelectual! De la funesta manía de exaltar sin medida la minerva de los grandes investigadores sin parar mientes en el desaliento causado en el lector, no están exentos ni aún biógrafos de tan buen sentido como L. Figuier. En cambio, muchas autobiografías, en las que el sabio se presenta al lector de cuerpo entero, con sus debilidades y pasiones, con sus caídas y aciertos, constituyen excelente tónico moral. Tras estas lecturas, henchido el ánimo de esperanza, no es raro que el lector exclame: Anche io sono pittore.

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